Los intrincados laberintos de la vida nos marcan senderos cuando buscamos alcanzar sueños.
A veces subimos cuestas empinadas, a veces, pronunciadas pendientes, pero la fuerza de los ideales nos da la fuerza necesaria para cumplir las metas. La dura experiencia de la pandemia nos enseñó que en las peores dificultades afloran las grandes ideas.
Esta es la historia de Guillermo Candia y Anica Benítez, jóvenes ignacianos que unieron sus vidas buscando siempre la superación.