En la Ciudad de México DF, los días 7, 8 y 9 de noviembre se lleva a cabo el III Congreso Latinoamericano de Defensorías de las Audiencias, con la participación de representantes de diversos países, como: Argentina, Brasil, Ecuador, Panamá, Colombia, Chile, Paraguay, España, Uruguay, México, entre otros. Entre los participantes se encuentran Defensores de las Audiencias, periodistas, comunicadores, académicos universitarios, invitados especiales y autoridades de Instituciones y Organismos de aplicación de las políticas de comunicación. El lema escogido pare este Tercer Congreso es: Independencia y autonomía de las Defensorías frente a los entornos cambiantes del poder. El evento es convocado por la Organización Interamericana de Defensores y Defensoras de Audiencias (OID) y la Asociación Mexicana de Defensorías de la Audiencia (AMDA). Este Tercer Congreso Latinoamericano se propone como objetivo reunir a titulares de las defensorías de la región con autoridades regulatorias, académicos y personas interesadas en la reflexión y promoción de los derechos de las audiencias.
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Sebastián dormía profundamente, cada tanto, las tenues luces de los pueblos a la vera del camino lo hacían salir de ese sueño para pasar de nuevo a los brazos de Morfeo. En ocasiones, las gotas de lluvia que se filtraban del techo del ómnibus lo traían abruptamente a la realidad, y la pregunta de rigor a su compadre Mario, eterno compañero de viaje era, -¿dónde estamos?-
En la Escuela Básica Nº 1821 «Cristóbal Acosta Aguero», de la comunidad de Potrero Bordón (Distrito de Mayor Martinez), se presentó esta mañana la película «Acosta Ñu». La misma ha sido producida como Proyecto de Extensión de la Universidad Nacional de Pilar y su Programa de Extensión Universitaria (PREXU).
Durante 4 días, el Hospital Escuela de la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad Nacional de Pilar, se constituyó en el Centro más complejo para el tratamiento de las diferentes patologías de la vista. Casi 900 personas fueron atendidas por los mejores profesionales de la Fundación Visión, quienes trasladaron su instrumental quirúrgico para llevar nuevas luces a la gente, luces de vida tal como se denomina este Programa que permitió a unas 135 personas recuperar la visión, el más importante de los sentidos.
Son las cuatro y media de la madrugada, doña Zulma Vázquez, oriunda de Yabebyry, Misiones, repite su ritual de la aurora, mira hacia el sur, otea el infinito manto celestial y reza una plegaria casi imperceptible, hace la señal de la cruz y pide la bendición para sus 5 hijos que viven lejos de ella, e inmediatamente, prepara la fogata ya que después del mate y el desayuno, su marido, don Pedro Servín, oriundo de Costa Pucú, Departamento de Ñeembucú, irá al campo a cultivar la tierra. De alguna forma, los bosques de los alrededores, le hacían recordar a don Pedro a su Ybyraty, que el dejó cuando tenía 10 años ya que su familia entera emigró en busca de mejores oportunidades.
“Universidad, Autonomía y Persecución” es un ensayo en el que el autor expone, con solvencia documental y narrativa, un esclarecido pasaje del protagonismo que la Educación Superior ha hilado, a través de la historia, en el entramado político, social y económico de las comunidades.
Ever Villalba es un docente universitario conocedor y exponente de la interacción comprometida entre la sociedad y sus instituciones. Como tal, indaga en las raíces fundacionales de la Educación Superior, para perfilar un posicionamiento que lo ubica entre los que sostienen la visión de una formación de calidad, acorde con los procesos de investigación y avances de la sociedad.
Si buscásemos una palabra para expresar la esencia más profunda de la vida, sin adentrarse en intrincados laberintos filosóficos o semánticos, esa palabra, sería lucha.
Incluso para que se inicie la vida misma, en esa carrera frenética, una feroz lucha contra corriente, sin embargo, uno solo llega a la meta, y fecundación mediante, se produce el milagro de la vida. Cuando el nuevo ser abandona la seguridad de su mundo, otra gran lucha lo trae a este mundo, y de ahí en más, la representación semiótica de la vida, es una cuesta empinada, sorteando obstáculos tratando de cumplir con las metas establecidas.
Cuando hablamos de Educación Superior en nuestro país, estamos hablando de casi 100 instituciones comprendidas dentro de esa clasificación, siendo la mayoría de ellas privadas, y únicamente 8 son universidades públicas.
Hace 25 años, rompimos un esquema de monopolio de la educación superior que ostentaba la Universidad Nacional de Asunción al crearse la Universidad Nacional de Pilar, siendo de esta forma la segunda casa de altos estudios en brindar esta posibilidad a miles de jóvenes, y al influjo de la UNP, en varias regiones emularon esta conquista ciudadana, y empezaron a surgir universidades nacionales en todo el país.
Reza un viejo adagio «Nunca es Tarde para Estudiar», que en el caso que vamos a abordar se cumple plenamente. La fascinante vida de un hombre con aristas sobresalientes, de genuina estirpe ñeembuqueña templado en cien batallas en la lucha por la vida.
Don Arsenio Velazco, cariñosamente «Pelotita», por su figura diminuta y por el hecho se seguir rodando a pesar de los vaivenes, nació en Pilar el 10 de noviembre de 1941. Sobrevivió a una guerra civil (1947), a una caída libre desde 18 metros de altura que lo tuvo en cama dos años por múltiples fracturas, a graves quemaduras de tercer grado con brea caliente en su época de técnico de baterías de automóviles, medio torso inmovilizado durante meses y, también, a heridas del corazón como la pérdida de un hijo de solo 4 años de edad. Este último hecho lo llevó a buscar refugio en Dios, y siempre repite, «¡Dios es grande!!!».
La luna derramaba sus torrentes de plata con mucha intensidad aquella noche sobre las aguas del Río Paraguay. Don Armín, experimentado pescador sabía que en estas condiciones no hay «pique», no obstante probó su tercer lance entrando ya la madrugada. En la casa, un poco más allá de los barrancos de Villa Oliva, doña Ramona eleva sus plegarias para que el quinto de sus diez hijos, Adrián, tenga suerte en su viaje inminente por razones de estudio a la capital departamental, Pilar. Aunque su hija Liliana que cursaba ya los últimos años de Ciencias de la Educación en la Universidad Nacional de Pilar le había comentado, «la gente es muy buena mamá, son muy amables y hospitalarios, además hay becas en la Universidad», su corazón de madre sufría por ese hijo al que la actividad de pesca de su padre y su empleo como doméstica no auguraban un buen futuro, de modo que tendría que aceptar la partida de su hijo en busca del sueño universitario.
Así en marzo del 2012 llega a Pilar, Adrián Torrez, un joven sencillo, humilde, respetuoso y muy creyente, para estudiar una carrera, Licenciatura en Enfermería fue la elegida, para serle útil a la sociedad y por ende a su familia.