Durante 4 días, el Hospital Escuela de la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad Nacional de Pilar, se constituyó en el Centro más complejo para el tratamiento de las diferentes patologías de la vista. Casi 900 personas fueron atendidas por los mejores profesionales de la Fundación Visión, quienes trasladaron su instrumental quirúrgico para llevar nuevas luces a la gente, luces de vida tal como se denomina este Programa que permitió a unas 135 personas recuperar la visión, el más importante de los sentidos.
Esta verdadera hazaña, sin precedentes, fue posible gracias a la Alianza Estratégica entre la Gobernación del Departamento de Ñeembucú, Universidad Nacional de Pilar, Fundación Visión, con el apoyo de Itaipu Binacional. Las atenciones realizadas desde el martes 23 de agosto, al viernes 26 del corriente, fueron totalmente gratuitas y congregó a mas de 1500 personas de distintas localidades del Departamento de Ñeembucú, algunas de ellas muy lejanas, agravado por el mal estado de los caminos. En principio se manejaba atender solamente 100 personas por día, pero esta cifra fue totalmente rebasada, estimándose unas 150 a 180 consultas por día.
Hemos visto pacientes niños, adultos mayores, personas de la tercera edad quienes no se cansan de decir gracias por este milagro de volver a ver, entre ellos don Próspero Rojas, ex combatiente de la guerra del Chaco de 102 años de edad, entró con la vista nublada, salió con una claridad semejante al alba, “ja hesaka jeyma”, expresó con emoción y alegría.
Y coincidimos que la palabra más exacta que describe este histórico momento en que la gestión, la voluntad, la cooperación institucional, hacen posible estos hechos, es milagro, el milagro de recuperar la vista, de volver a vivir sin depender de otros, valerse por si mismos, lleva implícito un valor superlativo, y nos demuestra con creces que es posible un país mejor, una sociedad más humana y fraterna,
En el Acto de Clausura, hicieron uso de la palabra representantes de las Instituciones involucradas, más un paciente, un estudiante y un familiar acompañante. Hay nuevas luces en Ñeembucú, luces de vida, gracias a este milagro de la ciencia.
