MEDIOS DE COMUNICACIÓN DESTACAN INVESTIGACIÓN DE LA UNP E INECIP

Los medios masivos de comunicación de alcance nacional se hicieron eco del Libro “Atlas de la Violencia e inseguridad en Paraguay”, lanzado recientemente y que es el resultado de una investigación sobre la inseguridad en nuestro país desde la mirada de las víctimas, realizada por la Universidad Nacional de Pilar (UNP), en conjunto con el Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales y Sociales (INECIP), con el financiamiento del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) , que dio a conocer que la sensación de inseguridad que sienten los paraguayos es desproporcional y no se condice con los índices delictivos.

El trabajo se basa en una encuesta realizada a 3.150 personas en todas las zonas del país, y presenta una verdadera radiografía de la sensación de inseguridad y sus efectos económicos, y hasta los cambios de hábitos que esta genera.

El muestreo fue realizado por la Dirección General de Encuestas, Estadísticas y Censos según el nivel socio económico de las personas, según el lugar de residencia y se siguió el cuestionario estandarizado de las Naciones Unidas. El estudio fue desarrollado por el Rector de la UNP el Prof. Dr. Víctor Ríos, junto a los investigadores Juan Martens y Roque Orrego.

Los medios televisivos, radiales y escritos mostraron interés en los números que resultaron de la investigación, como el hecho del alto nivel de sensación de inseguridad en la población, que es del 97 % a pesar que en los últimos años la tasa de homicidios por cada 100 mil habitantes se vino reduciendo.

El documento señala que al 88 % de la población le dan miedo los motochorros, cuando solamente 2 % de la población declaró haber sido víctima de motoasaltantes y se destaca como el delito más denunciado, un 70 %.

Se menciona asimismo, que 7 de cada 10 delitos no se denuncian porque no se confía en las instituciones.

Con estas cifras y otras cifras, la población nacional vive en un pánico moral, es decir, una alta inseguridad subjetiva que provoca cambios de hábitos y erogaciones económicas. Precisamente, el año pasado las industrias del control de miedo, aquellas que tienen como materia prima de su negocio el miedo ciudadano, movieron más de 1300 millones de dólares.

Este pánico moral no solo restringe la posibilidad del ejercicio de derechos ciudadanos sino que deslegitiman a las instituciones democráticas, poniéndolas en riesgo. Así mismo, una población temerosa acoge con más facilidad discursos populistas y autoritarios.

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