El empuje de la modernidad va arrastrando todo a su paso configurando un nuevo escenario que paulatinamente va borrando todo lo anterior. Pilar, la ciudad sin pendientes, es famosa por sus calles arenosas de antaño, y los arroyos urbanos que se forman en cada lluvia.
Hoy por hoy, ya nadie arroja barquitos de papel en los raudales, como lo hacían los ya anochecidos niños de ayer. No obstante, el hecho de crecer al lado del último arroyo urbano proyecta sueños, como el caso de Luciana, joven Pilarense de 19 años, quién estudia dos carreras universitarias al mismo tiempo y siempre fue destacada en todos los ámbitos.
Creció en una familia tradicional de la ciudad de Pilar, es una atípica joven del siglo 21, ya que no es de salir a fiestas, familiera por naturaleza, trabajadora y estudiosa.
Su rutina comienza a las tres de la madrugada, junto a sus abuelos Óscar y Betty a quienes ayuda en en el negocio familiar, la preparación de alimentos que el abuelo sale a repartir en todas las instituciones apenas amanece. Así se costea sus estudios universitarios en la Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional de Pilar, Derecho y Ciencias Políticas.
Desde niña se dedico al deporte destacándose en natación y básquetbol. Fue mejor egresada de la Educación Escolar Básica, sus notas son cinco absoluto y sigue firme con un sueño que aspira concretar cuando culmine su educación superior, un postgrado en alguna universidad de los Estados Unidos.
Mientras cursa el segundo año de Derecho y el primero de Ciencias Políticas, alimenta su sueño en cada lluvia, arrojando barquitos se papel en el arroyo urbano que corre al costado de su casa, y tiene la convicción que algún día cruzará el océano para cumplir su destino.
Deseamos el mayor de los éxitos a Luciana Duré, estudiante distinguida de la Universidad Nacional de Pilar.